Un discípulo le dice a su maestro que ya lleva mucho tiempo con él y que ya ha aprendido a
meditar, que le puede dar responsabilidades para enseñar a otros discípulos más novatos.
El maestro, le pide que entre en la sala a meditar. Mientras él sube al piso superior, tira arena
sobre el suelo y empieza a arrastrar un ladrillo sobre la arena.
El discípulo que está en el piso inferior, oye el ruido, y piensa: “El maestro me está probando”
y sigue sentado meditando.
El maestro como ve que nada ocurre, sigue arrastrando el ladrillo más fuerte.
El alumno ya no puede más del ruido, se levanta va al piso de arriba y le dice al maestro
enfadado: “Maestro, que estoy intentando meditar”
El maestro le contesta: “Yo creía que estabas meditando”