Un ermitaño tenía que caminar cada día 1km para ir a la fuente a recoger agua. Lo hacía, pero
se quejaba, y todos los días pedían en sus oraciones que le aliviaran de tan dura tarea.
Un día oyó que alguien contaba “1, 2, 3, 4…” detrás de él.
El ermitaño pregunta: “¿Quién eres? ¿Qué cuentas?”
La voz contestó: “Soy un ángel y cuento los pasos que das. Cada paso que das te acerca más a
Dios.”
El hombre al oír eso, decidió ir a una fuente más lejana.