Dos ranitas cayeron a un tanque de leche y no podían salir de él. Se ponen a nadar para
mantenerse a flote.
Otras ranitas que las ven, comienzan a chillarlas desde arriba.
Pronto una de las dos ranitas se cansa de nadar y se deja ahogar.
La otra ranita sigue luchando por mantenerse viva, las de arriban la gritan, ella no entiende lo
que le dicen pero le da ánimos y patalea más fuerte.
Patalea tan fuerte que la leche se hace mantequilla, entonces sale andando del contenedor de
leche.
Las ranitas que le gritaban se admiran de la hazaña y le preguntan cómo lo ha conseguido.
La ranita, que se ha salvado, les dice: “Pataleé con fuerza, ya que creía que me estabais
animando.”