Un maestro decide someter a sus discípulos a una prueba y pide que le traigan un orinal con
caca.
El maestro mete un dedo en la caca y se lo chupa. Pasa el orinal al siguiente alumno, que hace
lo mismo, y así, hasta que el orinal pasa por todos.
El maestro les dice: «No han prestado atención. Metí el dedo índice en la caca, ¡pero me chupé
el dedo corazón!»