Un hombre cae por un terraplén y se queda agarrado a una delgada rama. El hombre le pide a
Dios que le salve ya que él tiene fe en Dios. Dios le dice que unas veces tiene fe y otras no.
El hombre le contesta que ahora, de verdad, si cree en Dios. Dios le da otra oportunidad y le
dice: «Bien, entonces suéltate y déjate caer. Ten fe en mi»
El hombre le dice: «Oye, ¿crees que soy tonto o qué?»
Al cabo de varios días unos paseantes descubrieron un bulto, se acercaron. Era un hombre
muerto sobre una rama que no distaba del suelo más que metro y medio.