Un músico famoso, maestro en el arte de tocar el violín chino, se jubiló.
Un día se sentó en la plaza con su violín, pronto tuvo un gran público alrededor que esperaba
escuchar su música.
Él cogiendo el violín empezó a tocar una nota, repetía la misma nota siempre. Las personas se
fueron, una de ellas se acercó y le preguntó por qué no tocaba una partitura.
El anciano músico, contestó: “Durante toda mi vida he tocado lo que otros querían, ahora toco
la nota que me gusta.”